El Amor que Transforma: Aceptación y Respeto en la Neurodiversidad

Ayer terminé de ver la serie La Reina Carlota. Si bien me había gustado mucho la primera parte de la saga de Bridgerton, esta serie, que explora la juventud de la reina, me dejó una impresión aún más profunda.

Hoy hablaba con una amiga y le comentaba cuánto tiene en común la serie con mi trabajo, con lo que hago día a día y con mi manera de ver las situaciones. La actitud de la reina Carlota hacia su esposo, el rey, es impresionante y digna de admiración en esta parte de la historia.

Uno de los mensajes que más me impactó fue el momento en que el rey, en su intento por recibir los mejores tratamientos de la ciencia de la época, es sometido a prácticas crueles que se creían necesarias para "curarlo". Cuando la reina Carlota lo encuentra sufriendo, ordena de inmediato que lo liberen. Ante la explicación del médico, quien insiste en que esas técnicas buscan su bienestar, ella responde con una frase poderosa:

"No me importa si el rey se cura de su trastorno. Prefiero que lo tenga, pero que sea feliz y que su alma esté en paz."

Este mensaje es un llamado fuerte a todos los padres, terapeutas, maestros y cualquier persona involucrada con niños o adultos que tienen un trastorno del desarrollo o de conducta. No podemos cambiar la esencia de una persona ni usar métodos punitivos solo porque creemos que son la solución. Estamos hablando de seres humanos con emociones, que de una u otra forma desean pertenecer, encontrar su lugar en el mundo.

El castigo, aunque pueda generar resultados, solo debería considerarse en situaciones donde la seguridad esté en riesgo y, aun así, con un análisis minucioso. ¿Quiénes somos para castigar a alguien solo porque no hace lo que esperamos? Tal vez no tiene la habilidad, la motivación o la posibilidad de hacerlo de otra manera. Y en cualquiera de esos casos, su razón es válida.

Nosotros, quienes deseamos ayudar, tenemos la responsabilidad de fomentar habilidades y motivación sin forzar procesos. Todo aprendizaje duradero debe tener un crecimiento orgánico, lo contrario solo lleva a soluciones superficiales y fugaces.

Vivimos en una sociedad que premia la inmediatez, donde se valora el resultado más que el proceso. Pero esta manera de relacionarnos con el mundo nos ha hecho perder el ritmo natural de las cosas y la empatía con los tiempos de cada individuo.

Es cierto que la forma en que una persona neurodivergente procesa la información puede diferir de la mayoría. Y, aunque es utópico esperar que la sociedad entera cambie de inmediato, sí podemos hacer nuestra parte. Podemos ayudar a que estas personas tengan un desarrollo óptimo dentro de sus posibilidades, no para ser iguales a los neurotípicos, sino para ser independientes y vivir con las herramientas necesarias para ello.

Otro mensaje que me conmovió profundamente en la serie fue el de la aceptación incondicional. Cuando Carlota le dice al rey:

"Para mí, tú eres solo Jorge. Eres el rey granjero Jorge. Eso eres para mí. No importa cómo pienses ni qué trastorno tengas, yo estaré aquí para recordarte dónde está el cielo y dónde la tierra, y para ayudarte a aterrizar conmigo."

Tener a alguien que te apoye, que te comprenda y cuyo amor sea incondicional es una necesidad humana, y aún más para quienes viven con un trastorno del desarrollo o psicológico. La aceptación es el primer paso para el cambio y el crecimiento. La conexión genuina es la base de la cooperación.

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Aquí te dejo algunos consejos para apoyar a cualquier persona que esté atravesando una situación estresante a nivel psicológico o del desarrollo:

• Baja tus expectativas y acepta a la persona que tienes enfrente.

• Enfócate en sus habilidades y en lo que sí puede hacer.

• Ofrece apoyo en la persecución de sus sueños, con sensatez.

• Busca ayuda si la situación te genera demasiado estrés. 

• Infórmate sin asumir – Aprende sobre neurodivergencia, pero recuerda que cada persona es única.

• Escucha y valida – Sus experiencias y emociones son reales, aunque no las comprendas del todo.

• Evita corregir su forma de ser – No necesita "encajar", sino un entorno que lo respete y apoye.

• Adapta la comunicación – Algunas personas requieren más tiempo, apoyo visual o formas alternativas de expresarse.

• No midas su valor con estándares neurotípicos – Todos tienen fortalezas y formas únicas de interactuar con el mundo.

• Respeta sus necesidades sensoriales – Sonidos, texturas o luces pueden ser incómodos para ellos.

• Sé un aliado, no un salvador – No están "rotos" ni necesitan ser "arreglados", solo inclusión y respeto.

En este Día de San Valentín, celebremos el amor en su forma más pura: la aceptación incondicional. Amar a alguien no significa cambiarlo, sino apoyarlo en su propio camino, respetando su esencia y brindándole las herramientas para florecer. Como padres, terapeutas y comunidad, nuestro mayor regalo es crear espacios donde cada persona, sin importar sus diferencias, se sienta vista, valorada y comprendida.

Sigamos construyendo juntos un mundo más inclusivo, fomentando la Aceptación y Respeto en la Neurodiversidad, donde el amor sea el motor del cambio y la empatía nuestra guía.

¡Feliz Día del Amor y la Amistad!

Gretel Debasa Marimon

BCBA, Fundadora de NeuroDverse